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Así nos sorprendió el presidente de EUA Donald Trump, cuando el pasado martes 26 de mayo,Twitter lanzó etiquetas en dos tuits del mandatario para verificar si sus mensajes difundían ‘fake news’. Por lo que, no era de sorprender la reacción del mandatario.

Trump pasó de la furia a la amenaza, y luego a la acción cuando el jueves firmó una orden ejecutiva que busca una regulación para las redes sociales y abre la puerta a castigos a las empresas por los contenidos en ellas.

“Estoy firmando una orden ejecutiva para proteger y defender la libertad de expresión y los derechos del pueblo estadounidense”, comentó Trump en su cuenta de Twitter. “Los gigantes de las redes sociales (…) reciben un escudo de responsabilidad civil sin precedentes basado en la teoría de que son una plataforma neutral, que no lo son”, agregó.

Pero ¿realmente la orden protegerá la libertad de expresión, como dice Trump?

Esta orden ejecutiva podría traer consigo un control excesivo a las redes sociales, algo que cambiaría para siempre a Facebook, Twitter y otras tecnológicas .

Para entender por qué sería un cambio sin precedentes en las redes sociales, hay un punto clave: la Sección 230 de la Ley de Decencia de Comunicaciones de 1996. Aquí es donde apunta la orden ejecutiva de Trump.

La Sección 230 habla sobre hasta dónde tienen que hacerse responsables las redes sociales y plataformas digitales por los contenidos de los usuarios.

Lo que estaría modificando la orden ejecutiva es la corresponsabilidad de las redes sociales cuando un usuario publicara algún contenido que viole la ley. Esto es bien complejo porque prácticamente Twitter, Facebook, TikTok, Snapchat, todas las redes sociales serían corresponsables por lo que hicieran sus usuarios, lo cual lo vuelve una verdadera locura”, comentó Rubén Darío Vázquez, profesor en Comunicación de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y experto en temas de redes sociales, en entrevista con El Financiero.

La Sección 230 obliga a las redes a quitar todos los contenidos que inciten al odio, que sean amenazas de muerte, que promuevan el terrorismo, el tráfico sexual, la pornografía infantil, entre otros delitos.

No obstante, no dicta que tengan que hacerse cargo por todo lo que publican sus usuarios.

“(La propuesta del presidente de EU) es como un ataque directo a la libertad de expresión. Porque si una persona publicara algo que no fuera del agrado de algún grupo en el poder, podrían recurrir a esta enmienda para no solamente censurar a la persona que está infringiendo la ley, sino acusar de algún delito a las redes sociales”, explicó el experto de la UNAM.

La orden, detalló Trump, “exige nuevas regulaciones para que las compañías de redes sociales que se dedican a censurar cualquier conducta política no puedan mantener su escudo de responsabilidad”.

El texto señala que las protecciones contra demandas solo deben aplicar cuando las firmas actúan de “buena fe” para eliminar o limitar el contenido.

Cualquier remoción o restricción que sea “engañosa o inconsistente con los términos de servicio” no calificaría como de buena fe, ni se quitaría sin “aviso adecuado, explicación razonada o una oportunidad significativa para ser escuchado”.

Justo por esta redacción es que hay riesgo también de que esta orden genere más ‘fake news’ en las redes, señaló en entrevista Ana Romualdo, asociada senior de Hogan Lovells.

“Lo que en realidad quiere (Trump) es ‘manga ancha’ para la desinformación, lo disfraza como si las plataformas de verdad hicieran censura en línea”, apuntó.

Con los más de 300 millones de usuarios que tiene Twitter y con los 2 mil 600 millones que tiene Facebook, responsabilizar a las compañías por lo que las personas publiquen se vuelve una cuestión compleja.

Primero, porque las redes sociales tienen reglas comunitarias que funcionan por región; y segundo, por la capacidad para cuidar todo lo que se publique.

Sería como pedirle a un gobierno que se hiciera cargo de todos los ciudadanos que hablan mal de otro país”, ejemplifica Vázquez.

En este sentido, Facebook dijo que se podría limitar el discurso en línea y que se terminaría castigando a aquellas plataformas que permiten un discurso controvertido.

Alentará a las plataformas a censurar cualquier expresión que pueda ser ofensiva para otros”, declaró la red social de Mark Zuckerberg. Twitter dijo a El Financiero que por el momento no tiene comentarios.

Google afirmó que sus “plataformas han empoderado a una amplia gama de personas y organizaciones de todo el espectro político, dándoles una voz y nuevas formas de llegar a sus audiencias. Socavar la Sección 230 de esta manera dañaría la economía de Estados Unidos y su liderazgo global en la libertad de internet”.

Gary Shapiro, presidente de la Asociación de Tecnología del Consumidor estadounidense, calificó la orden como “inconstitucional”.

“Las firmas de internet de Estados Unidos lideran el mundo y es increíble que nuestros propios líderes políticos traten de censurarlas con fines políticos”, indicó.

Por otra parte, la modificación Trump no solo afectaría a los usuarios de ‘comunes’ en redes sociales, sino también a las dependencias gubernamentales de la administración de Estados Unidos.

El doctor Carlos Andrés Mendiola Hernández, director asociado del Departamento de Medios y Cultura Digital del Tecnológico de Monterrey, explicó en entrevista con El Financiero que la medida del presidente de EU considera revisar el gasto que las dependencias de Gobierno hacen en plataformas digitales.

“(Lo que pide Trump es) la revisión del gasto de todas las dependencias gubernamentales en medio digitales y un diagnóstico de cómo cada uno de dichos medios es o no un vehículo adecuado para sus mensajes, considerando las políticas que el medio ostente para la publicación de contenidos”, detalló Mendiola Hernández.

El directivo del Tec de Monterrey concordó en que la orden ejecutiva tiene como pretexto la libertad de expresión, pero que va más allá en ánimos de sobreregulación de las plataformas digitales.

Trump quiere limitar el rango de acción de las redes sociales en términos de contenido, pretextando la libertad de expresión, pero al mismo tiempo estableciendo criterios que convengan a sus puntos de vista”, añadió.

Con la orden, el presidente Trump busca aumentar su número de seguidores, pues en año electoral le quiere dar visibilidad a la propuesta de mayor regulación a las compañías digitales, dijo Rubén Darío Vázquez, de la UNAM

Sin embargo, debido a que afectaría mucho a gigantes tecnológicos, “ellos van a cabildear hasta el último momento para evitar que este artículo 230 se modifique”, indicó.

El Departamento de Comercio, en consulta con el fiscal general, sería responsable de solicitar a la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, por sus siglas en inglés) dentro de 60 días elaborar la nueva regulación.

“Este debate es importante”, dijo el presidente de la FCC, Ajit Pai, en un comunicado. “La FCC revisará cuidadosamente cualquier petición”.

Los grupos de la industria y las libertades civiles que denunciaron la orden como un fin ilegal contra las protecciones de libertad de expresión dijeron que le dio a la FCC poderes que en realidad no tiene.

El fiscal general de EU, William Barr, comentó que la orden no derogaría la Sección 230.

“Pero se ha extendido y no conozco a nadie en el Capitolio que no esté de acuerdo con que se haya extendido más allá de su intención original”, afirmó. “Creo que esto ayudará a volver al equilibrio correcto”.

Twitter ha sido una herramienta esencial para Trump como político y como presidente, incluso desde sus falsas acusaciones de que el presidente Barack Obama nació en Kenia. Trump, que ha usado la red social para esquivar a la prensa y hablar directamente con sus 80 millones de seguidores, también la ha usado para atacar a opositores, promulgar teorías de conspiración y otra información falsa.

“(La orden ejecutiva) claramente es un berrinche y un manotazo en el escritorio contra Twitter. El problema es que, si pasa, se lleva a todas las redes sociales, incluso a aquellas que le han funcionado a Trump de maravilla. En buena medida, él llegó a la presidencia por todas las historias falsas que circulaban en redes durante las elecciones de 2016”, agregó el experto Vázquez.